viernes, 25 de enero de 2013

Hablando de entender.

Cómo no voy a entenderte si me basta con bucear en tus ojos y nadar a contracorriente. Si ya he entendido los mil y un significados que esconden tus sonrisas, los mil recuerdos que tejen tu piel y las caricias que esconden tus manos. Que te he escrito un libro muy pequeño explicando las cien maneras que tienes de moverte y de andar como si la vida no importase. Que he comprendido tus ganas de vivir aunque el mundo esté muriendo. Los gestos que me haces, como si yo no me diera cuenta de la historia y los inventos que me cuentas para cumplirlos algún día. Que me respiras como si yo perteneciese a ti aun estando más lejos que nunca. Y que me hablas de lo mismo aunque tus palabras suenen diferentes cuando las escucho. Que eres y no estás. Que existes sin pensar. Que no sé si me explico, pero que yo, te entiendo a ti.

domingo, 20 de enero de 2013

Ni sobras y faltas.

Que me sobran las ganas en este domingo con complejo de días sin ti, a esta tarde tornándose noche, a estas horas queriendo ser año. Que me faltan los vientos rodeándote a ti, los susurros por detrás de la nuca, las manos en curvas que no hablan de calles. Que me buscan las bocas que no recorrí, las mañanas que algún día rompí y las despedidas que nunca di. Que me comen los recuerdos de noches sin sol, de cielos sin mar y de tierra sin luz. Que me gritan los ojos que callan y otorgan, los bailes de letras que no supe seguir, los silencios que vuelvo a callar. Que me pierden los cambios de dirección, los semáforos en rojo y el tiempo perdido entre sábanas. 
Pero ni sobras y faltas, ni buscas y comes, ni gritas y (me) pierdes.

miércoles, 16 de enero de 2013

Pero tú.

Que se acabó sin
empezar.
Que ya sólo
yo
sin ti
Sin nadies.

Pero que sigues
en mente
en recuerdos
en nada
y
en todo.

Que te silencio por
no gritar.
Ni me oyes
ahora, digo.
No, claro.
Ni antes.

Si me sigues
recordando,
pregunto.
O pensando
o mirando.
No sé,
pero tú.

Que ni me oyes
ni recuerdas
ni me piensas
ni me miras.
Pero tú,
aquí.

Pero soñarás, al menos
yo.
Y tú.
Otra vez.
Porque yo,
pero tú.

sábado, 12 de enero de 2013

Miente(me).

No.
Así comenzábamos ¿eh? No me digas que no te acuerdas.
No, cállatelo
Dime que te ha ido bien, bueno no, miénteme, que te ha ido fatal, que sin mí no. Que echas de menos lo que nunca debió y fue.
Que a mí, sobretodo.
Que llevo una sonrisa muy bonita y que no puedes dejar de mirar esos ojos que te miran.
Dímelo, venga va.
Juega a que no pasa nada. A que los dos somos. Algo, aunque sea. Que te gustaría pasar toda la tarde conmigo y que por qué no el día entero. Que las noches me han echado de menos.
Dilo.
Pero mírame, dímelo mirando. Ah, y sonríe.
Así.
Estás muy guapo hoy. ¿Qué? ¿Tan pronto?
No, no te vayas.
No, pero.
No.
Ven, sigue.
Sigue mintiéndome, que te estaba quedando muy bonito.

miércoles, 9 de enero de 2013

Mírala.

Vestía de indiferencia cuando todos le suspiraban. Y qué bien lo hacía. A paso de tacones bailaba, porque sí, bailaba, caminar era menospreciar su encanto. Levantaba esos ojitos y buceaba en las miradas ajenas. No quieras saber lo que encontraba y lo que no dejaba de buscar, porque qué va a saber ella. Que sonreía con los ojos cerrados, imagínate. Y saludaba como si fueras su mundo, y a veces lo conseguía, lo de ser el mundo, digo.  Que no era belleza interior, que era belleza personal, que es más bonita todavía y erótica si me apuras. Que ella no gritaba, solo silenciaba. Que la habrías perseguido de no ser libre. Que ella no entiende de ataduras ni mucho menos de amor, así que no pretendas nada. Pero mírala, mírala porque se va. Y vuelve, pero nunca sabes cuándo.

domingo, 6 de enero de 2013

Que me pierdas te digo.

Eres como correr sin moverse, pero sin detenerse. Y claro, yo es que no te puedo seguir, de verdad que no. A veces me da por volar a ver si así, pero ni así te alcanzo. Quizás es que usamos medios de transporte tan distintos que nos perdemos buscándonos. O a lo mejor ni nos buscamos y hacemos como que sí y no. Y a mí es que me agota el mover de mi cuerpo si estás tan lejos, siendo tan yo sin ti. Siendo más nadie que tú. Que somos muy de perdernos hasta el infinito y tener que librar mil batallas para encontrarnos pero perdemos tanto que ay. Que me busques no. Que me pierdas te digo. Contigo.

miércoles, 2 de enero de 2013

Laberintos, juegos y viceversa.

Ha sido ver tu laberinto y perderme en él, sin importar qué. Y he terminado en un circulo vicioso tan bonito que a ver quién me saca de aquí y si yo quiero, claro. Estas calles cruzadas llevan la esperanza escrita y el error tatuado. Fíjate qué bien, o qué mal si lo miras tú. Y que si te vas a poner a buscarme, ponte esas gafas de encontrar a gente perdida.Te quedan tan bien. Pero así vas a encontrarme enseguida y no vale. No, no vale porque terminaríamos el juego que tanto nos ha costado construir. Sí bueno vale, ahora no quedan ni los muros pero yo lo recuerdo con murallas muy altas y con una puerta preciosa. Juguemos otra vez, venga. Yo ya me he vuelto a escapar. Y ahora ven, que hemos vuelto a empezar.