Deja de quererme, de pensarme, de mirarme.
Olvídate de mí.
Estamos siendo lo que no quería, nada. Y no sabes lo que duelen todas estas ganas de hacer poesía con la mirada y no poder. Y de qué me sirve saber que estás ahí si no luchas por mí, si ni siquiera sale un te echo de menos de tu boca. Si me he quedado de pie en esta guerra fría esperando que el calor de tu cuerpo me derrita, pero todavía no has venido a buscarme y aun así sigo aquí esperándote. No has sabido curarme la tristeza, pero es que ni lo intentas, y yo no dejo de llover desde entonces por los dos.
Tengo miedo, del mundo (entiéndase mundo por ti). Me asusta necesitarte tanto y ver cómo tú te alejas.
Saber que las carcajadas de la noche son puro teatro artificial, y qué putada, amor.
Había soñado tanto contigo que pensé... (pero pensé tanto que me equivoqué).
No quiero vivir muriéndome sin ti pero es mejor que morir en vida.
Dime adiós, por favor, dímelo porque yo nunca me atreveré a decírtelo.
Sin palabras... Muchos besos Carolina :)
ResponderEliminarMe alegro que te guste, hacía días que no escribía nada, un beso a ti :)
EliminarIncreíble.
ResponderEliminar«Dime adiós, por favor, dímelo porque yo nunca me atreveré a decírtelo.»
http://www.azucarycenizas.blogspot.com.es
Increíble sois vosotros por leerme :)
EliminarNo puedo parar de leerte, esta y todas las entradas. Y en twitter, y en todos lados.
ResponderEliminarY no consigo arrancar a decirte lo mucho que me gusta, lo mucho que me impresiona, lo mucho que le gusta a tus palabras sentarse un rato en mi corazón y asomarse al balcón solo para deleitarse viendo cómo mi alma contiene la respiración por su culpa.
Jo creo que no puedo dejar de leer tu comentario :')
EliminarDe verdad que muchísimas gracias, me resulta tan extraño que pueda gustar tanto a alguien o que mis palabras tengan ese sentido para ti.
Ojalá supiera quien eres.
Un besazo enorme anónim@.
Y mil gracias de nuevo por leerme.