miércoles, 13 de febrero de 2013

Quién.

Y quién me iba a decir que tú. Y que yo, que no nosotros, claro.
Quién me iba a decir que acabaría soñando despierta cada noche y tomando café con el insomnio.
Quién me iba a hacer sonreír a ilusiones que creí perdidas y olvidadas.
Quién iba a ser mis buenos días para sobrevivir al frío de cada mañana.
Quién iba a borrar mis yo nunca para convertirlos en quizás, tal vez, está bien.
Quién iba a ser soledad compartida en tardes de delirios.
Quién iba a ser noche gritando por los dos y callando más de una vez.
Quién iba a convertir las palabras en universo.
Quién.
Porque yo no.
Quién, repito.
Y nosotros se ríe.
Y yo llora.
Y tú.
Siempre tú.

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