domingo, 24 de febrero de 2013

Sólo sé ahogarme en otros mares.

Yo también le he pintado la cara con sonrisas cuando sólo podía llover. Le he secado la lluvia a besos y hemos sabido crear un arcoiris juntos. Hemos creado tormentas en cualquier rincón del cielo y hemos sido calma después (o cama, puede ser). Pretendíamos ser sol en días grises y no sabes lo ciegos que podíamos quedarnos después de mirarnos tanto. Sus ojos tenían forma de salvavidas cuando yo me ahogaba en algún mar y el faro de aquel puerto nos hacía la introducción para naufragar en barcos rumbo a nosotros. Y nos perdíamos buscándonos entre nosotros pero siempre juntos; y bueno, a la mierda el mundo si me perdía contigo. Rumbo a la deriva de tu cuerpo era uno de los mejores destinos, y vistas, y paisajes. Que solos no podíamos nadar pero juntos surcábamos los siete mares cogidos de las manos.
Pero que ya no hay manos,
ni cuerpos
ni ojos
ni bocas
y yo ya no sé nadar
ni bucear,
sólo ahogarme
y créeme
se me da de puta madre.

2 comentarios:

  1. A veces, el amor, es eso:
    ahogarse.

    Si quieres yo te cojo de la mano y volvemos a saltar juntas, pero esta vez para reírnos de la vida. O el amor, que al final, este va a ser la causa de todas las guerras.
    Increíble.

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    Respuestas
    1. Te empiezas a ahogar y no paras, y claro.
      Que me agarro de tu mano y no te suelto, tenlo claro.

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