Desde que tú has vuelto, soy incapaz de huir si no es contigo.
Los días han pasado de ser nubes llorando a ser sol entre nubes.
Las noches ya no se esconden entre mis ojos esperando sueños imposibles, sino que vuelan hasta mis ojeras provocándome insomnios de tu mano. Y es que soy incapaz de dormirme si no eres tú quien me da las buenas noches. Los buenos días corren de mi cuenta, y te invito a desayunarme, amor.
Las horas no es que vuelen, es que se hacen cómplices de nosotros. Porque volamos tan tan alto.
El tiempo empieza a pesar cuando más te alejas, estando más cerca que nunca. Y ayúdame a tachar los días que nos sobran que los que nos faltan ya los pongo yo.
Que eso de hacernos promesas es para romper las reglas y cumplirlas de una puta vez. Pero que entiéndeme, que yo rompería las reglas, la ropa y la vida siempre, si es contigo.
Ya sólo entiendo de tristeza cuando te echo de menos. Pero es que te echo tanto de menos que.
Lo de la sonrisa sólo es cosa desde que tú estás, que ya no es un disfraz dice.
Las canciones ya no me recuerdan el pasado sino que crean historias con nuestro presente. Pero que no me hace falta escuchar música si estoy oyéndote reír.
Que ojalá no te tenga que decir ven
para que vengas
y te quedes.
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