domingo, 21 de julio de 2013

Destino: siempre tú (II)

Te miro, no logras verme, me olvido de cómo viven las estatuas para ir saltando los obstáculos que no me dejan tocarte. Y corro, como jamás en mi vida he querido hacerlo. Me separan metros, centímetros, milímetros. Y me cuelgo de ti, me adhiero a ti, soy parte de ti, me fundo contigo. Te abrazo como si el apocalipsis hubiera vencido y fuera nuestra primera y última despedida. No te dejo respirar, y en vez de soltarte voy y te beso. Creo que no puedo ser más feliz. Y entonces hablamos, en realidad no lo recuerdo muy bien pero cómo te miraba, el mundo no existía para mí. Te toco el pelo y me siento morir, porque es real y te estás riendo. Sonríes, te juro que sonríes y no puedo dejar de sonreír yo tampoco. Te vuelvo a abrazar, te abrazo tanto y tanto y me sigue pareciendo tan poco. Y me coges, y me dices algo y los minutos se agotan. No, por favor. Detén el tiempo, quédate conmigo. Deja que exista un nosotros efímero. Y cuando menos me lo espero me agarras y me abrazas y me lo dices con esa voz con las que tantas veces he soñado, pero esta vez es verdad. Y por un momento tú eres el lugar más seguro del mundo. Oigo ruidos, el tic-tac del reloj me acojona y me aferro a la esperanza de que decidas quedarte, pero queda poco, la gente sube, tú miras, yo no quiero mirar. Me dices que es la hora y yo no quiero, de verdad que no. Te envuelvo en un millón de abrazos y besos para que no se te ocurra olvidarme. No me olvides, quiero decirte. Y tú te vas alejando, y me miras, y te miro, y subes, y te vas, te vas, te vas. Ya casi no logro verte. Me gritas "ven" con la mirada, o sólo espero que me digas eso. Y espero, mucho, aún más, hasta que veo que te marchas. Te sonrío, te digo adiós, nos volvemos a mirar, por última vez. Ya no existes, se acabó. Me quedo quieta, muy quieta. No soy capaz de moverme. Al cabo de un rato logro caminar y las lágrimas empiezan a brotar de mis ojos descontroladamente. Me da igual que la gente me mire, sólo existo yo. Salgo de ese sitio, ya no me parece tan bonito. Creo que lo odio. Y espero a otro autobús, otro más, ya no te espero a ti. Y dejo que me consumas durante unos minutos, porque todavía te siento, porque todavía estoy viva.

4 comentarios:

  1. Ahora creo que sólo quiero llorar.

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  2. Impresionante, escalofriante, demasiado dolor, e inevitable no soltar una lágrima.

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